La amistad siempre sigue viva

Sé que todo ha cambiado, que nada es como era antes. Tú y yo tan unidas como hermanas, contándonos nuestros más intímos secretos y vivíendo momentos que nadie viviría como nosotras. Quizás hayamos cambiado, tanto para bien como para mal. Eso ya no importa, yo sé quien realmente eres por como te conocí, sé que me fuisté sincera y no me vas a mentir. Se dice que el tiempo lo cura todo pero a la vez se puede estropear lo que tanto tiempo has luchado para conseguir. Pero realmente no me molesta, nosotras hemos tenído nuestros más y nuestros menos, nos hemos enfadado como dos locas sin control y nos hemos reído tanto que borra los malos momentos. Puede que a estas alturas esté en blanco sobre tu vida, lo sé y es cierto. Pero todavía nos quedan años para contarnos lo que hasta hora nos hemos perdido. Puede que no haya sido justa al buscarte cuando te notaba lejos, pero es muy fácil imaginarte cosas que a lo mejor no son verdad. Pero ya no importa, ahora nos hemos unido de nuevo y espero que sea para siempre. No olvides que fuisté la única que sabía cada uno de mis problemas, aun que fuesen tontos pero necesitaba a cada instante tu hombro. Sí, pueden haber mejores amigas, pero yo sé que un apoyo, consuelo, o confianza hacen que realmente te sientas cómoda. Recuerda aquellos momentos malos que pasamos unidas donde yo fuí a por ti a cada vez que estábas mal. Nunca lo olvides mi chica, por que lo seguiré haciendo hasta que tú me pidás que no lo haga más. Gracias de verdad por atarme de nuevo a la pata de tu cama. Te quiero mi carva y no lo olvides, me tienes en todo momento mi niña. María Frei - Andrea Bruq 1 año

Sonríe, no hay nada que perder.

A veces me jode tener que levantar la cabeza y ser orgullosa sabiendo que hago bien en hacer que paso de tus palabras pero algo no nos cuadra en esa acción, tú. Tú sin más solo te preocupas por lo que te hace daño a ti y por lo que tú sientes, sin darte cuenta de que mis sentimientos hacía a ti son más fuertes. Es un juego lo sé, nadie debe ganar la partida, también, pero en este juego ambos estamos implicados y parece que en el solo juega uno sin parar a pensar que figura hace el otro. Creo que todo esto me puede por no decir totalmente lo que pienso y por ello dejo mis manos ir, destapando mi cara y dejando caer miles de lágrimas por mis mejillas, sí, lloro, ¿y qué? son fuertes los que lloran con la cara descubierta y sueltan en esas lágrimas la tristeza que esconden en grandes cantidades de músculos. Gracias por pensar solo en ti.

Sensación.

Esa sensación que tenemos cuando la persona que amamos está lejos de nosotros, esa sensación de escalofríos cuando los nervios invaden nuestro cuerpo y libera la gran sensación de imaginarnos que tuviésemos mariposas por todo nuestro ser. Son miles las sensaciones que podemos experimentar día tras día, sensaciones incapaces de describir o tal vez solo sean imaginaciones nuestras. El problema de todo esto es que siempre hay un motivo y el motivo siempre es el mismo. Existe la sensación de sentirte atado, atado en una simple pantalla como todos la nombran, una pantalla en la cual vives tu día a día junto a una persona que amas, junto a personas que en menos tiempo se han hecho grandes en tu vida y personas que jamás lograrías encontrar. Podríamos decir que es una sensación algo extraña, ya que te hace sentir bien pero a la vez no lograr separarte de ello. Crees que todo irá como tú misma esperas, hasta que te das cuenta de que nada es como tú esperabas. Todos ellos tienen cualidades que en ninguna otra parte podrías encontrar, son perfectos, sí, todos lo son junto a sus errores.
Pueden decir que la perfección no existe pero lo que sí sé que existe es el verdadero ser que puede alimentarme gracias a su felicidad.

El tiempo.

A veces creamos sueños para estropearlos, imaginamos situaciones para no vivirlas, recordamos recuerdos para olvidarlos y amamos a personas para fastidiar sus sueños. Creemos que la felicidad nos lo dará todo o que el tiempo nos traerá nuestros sueños, pero algo no tenemos presente y es que lo que ha pasado una vez ya no pasará de nuevo. Forzamos al tiempo a adelantar cuestiones sin dejar de pensar por un momento en nosotros. Pensamos que tal vez todo sea tan fácil como abrir y cerrar los ojos o tan rápido como pronunciar una simple palabra. Pensamos que todo sucederá como queramos y de la manera improvisada. Pero no creemos en él, no creemos en que él nos ayudará, nos mantendrá despiertos a cada paso que dé y que debamos dar. Queremos que todo acabe cuando nos causa dolor y que todo empiece cuando sentimos nostalgia, pero no funciona así. Debemos dejar todo volar y dejar que él fluya tal y como es por que lo que quieres adelantar terminará mal.

Siempre tendrá mi corazón.

Todavía recuerdo aquellas tardes donde solo éramos él y yo, donde solo sus manos recorrían mi largo pelo mientras me susurraba su amor. Recuerdo aquella sensación que producía en mí, esa sensación nunca antes experimentada. Recuerdo que todo era perfecto que no existía el dolor. Y ahora me doy cuenta de que ya se acabó. Todavía puedo sentir como late su corazón, late tan despacio como las agujas de un reloj, late fuerte como los pasos que desprende un caballo y ligero como las gotas que caen sobre el salpicadero de la cocina o tan solo sea la música que transmite mi altavoz. Quizás todo sean recuerdos, pero lo único que sé es que sin ellos no sigo adelante.

No depende de la suerte

Cada día, imaginamos nuevas situaciones, nuevos momentos, pensamos de distintas formas y reflexionamos de una manera especial. Miramos las cosas con otros ojos, con distintas expectativas y como si nunca nos las fuéramos propuesto. Tal vez, tan solo sea el mismo destino quien decida por nosotros o tal vez, quiera aconsejarnos. Nunca debemos dejarnos llevar por nuestro propio instinto por que por mucho que sepamos lo que nos puede llegar a pasar, en tan solo segundos todo puede cambiar. Puede que la suerte nos acompañe o que la mala suerte nos elimine todas esas ilusiones que un día llegamos a conseguir. Pero por buena o mala suerte que tengamos no todo lo perfecto no podrá llegar algún día.

Lo que puede llegar a conseguir un simple pensamiento.

Son diez por las razones que sigo en pie. Son diez por las razones que no he dejado ni un segundo de seguir caminando. Son diez las razones que me han dado para poder creer que existo. Son diez las maneras en que lo han hecho para enseñarme lo que es la vida. Son diez los movimientos que hace siempre al dirigirse hacía mi. Son diez los momentos que me han hecho sonreír cada instante. Son diez los segundos que me he parado para confesar lo que realmente soy y he soñado ser. Son diez los sueños que he tenido y sigo esperando que lleguen a mi. Son diez los cuentos que he leído para detectar en mi vida ese príncipe azul que tanto espero. Son diez los años que llevo esperando a que por fin ocurra todo lo que he confesado.
Gracias ilusión por hacer creer cosas que jamás me podrán llegar a pasar.

Alejarme de ti sería mi gran error.

Sigo contando con el reloj de arena, los segundos que me quedan para desaparecer de aquí. No importa a donde vaya si es mejor estar lejos de ti, no importa como este si es mejor no verme ahí. Sigo esperando el día en el que logres caminar en dirección a mi puerta para soltarme un simple
''Perdón, te echo de menos. Vuelve por favor''
Quisiera ser capaz de creerme todas esos pensamientos y alegrarme de una vez por todas que te arrepientes de lo que hiciste que no logras vivir sin mi.
A pesar de todo lo ocurrido yo te sigo amando y eso jamás nadie logrará borrarlo ni tan solo una goma con que tenemos la facilidad de borrar las cosas.
Sigo pensando que mi vida corre peligro si no vuelves a ella a encargarte de lo que un día construiste y lo dejaste sin terminar. Eso forma parte de mi y de ti, es nuestra felicidad. Solo quiero besar de nuevo tus labios, por mucho que los haya besado otra me muero por volverlos a sentir de nuevo junto a mi, sentir esos susurros que provocan escalofríos y verme de nuevo eterna a ti.
(DDIINNGG DDOONNG!!)
- ¿Por qué has venido?
+ Lo siento no valoré lo que tenía y sé que sin ti no vivo quiero que vuelvas a ser mía.

El verdadero valor consiste en saber sufrir.

Cuando pasa el tiempo y los terremotos se han marchado, en tu cabeza no queda hueco ni para un simple recuerdo. Miras a tu alrededor y te das cuenta de que ya nada es como tú siempre habías querido ni tan solo como era. Te fijas en que los coches aparcados donde los viste por última vez han desaparecido, que las calles que antes recorrías ya no son las mismas ahora tan solo pareces una vagabunda, te fijas que hasta tus personas no son las mismas han cambiado y no se acuerdan ni tan siquiera de tu nombre. Ya no crees todo lo que está pasando y sales corriendo a un espejo. En aquel espejo se ve el reflejo de tus lágrimas caer. Tú ni tan solo habías notado aquellas gotas rozar tus mejillas. Y hay es cuando te das cuenta de todo lo que has sufrido y de tanto que lo has hecho ya no sientes ni el dolor.